Elabora en cuatro sencillos pasos esta Tecnología Doméstica: ¡limpiador de ventanas! Lo único que no quedará rechinando de limpio es tu cartera, pues al elaborar tú mismo este líquido ahorrarás un 50% comparado con el producto comercial. Además tiene un olor muy rico.
Rendimiento: 620 ml
Tiempo de Preparación: 10 minutos
Caducidad: 6 meses
Ingredientes:
- 500 ml de agua desmineralizada
- 2 cucharadas de alcohol etílico (60 ml)
- 2 cucharadas de amoníaco (60 ml)
- 1/2 cucharada cafetera de hidróxido de sodio*
* Se consiguen en farmacias grandes o en droguerías.
Utensilios:
- Botella de plástico con capacidad de 700 ml con atomizador (reutilice una vacía)
- Cacerola de vidrio con capacidad de 2.5 litros
- Embudo
- Guantes de hule
- Abatelenguas o palito de madera
Procedimiento:
- En la cacerola pon a calentar el agua hasta que se comiencen a observar burbujas en el fondo y agrega las lentejas de hidróxido de sodio. Retira del fuego y agite suavemente hasta que se deshagan por completo y deja enfriar a temperatura ambiente.
- Una vez que se haya enfriado y agrega el alcohol.
- Vierte la mezcla en la botella de plástico ayudándote del embudo, inclinándola para que resbale por una pared y no forme espuma. Enseguida y muy despacio agrega el amoníaco.
- Tapa la botella y agita muy suavemente para mezclar el contenido.
Conservación:
Guarda el limpiador para ventanas en un lugar fresco y seco, fuera del alcance de los niños.
Caducidad:
El limpiador para ventanas tiene una vida útil de 6 meses, aproximadamente.
Beneficio:
Al elaborar el limpiador para superficies de cocina con esta tecnología obtienes un ahorro que va desde el 50% comparado con el producto comercial.
Recomendaciones:
Asperge el líquido limpiador de ventanas y remuévelo con ayuda de una franela o trapo absorbente.
Si las ventanas están demasiado sucias, es recomendable lavarlas primero con una solución jabonosa y enjuagar perfectamente. Aunque es común limpiar ventanas utilizando papel, es probable que los raye, haciendo que a la larga su aspecto no sea el original. Por esta razón, no es recomendable usarlo. En su lugar, es preferible usar un trapo que no suelte pelusa y si es posible, uno de microfibra.
Por contener sosa, no se debe utilizar para limpiar piezas cromadas o aluminio porque las mancha.
Como medidas precautorias:
- Nunca combines este limpiador o algún otro que contenga amoníaco con cloro.
- Al momento de la elaboración, protege tus manos con unos guantes de hule, para evitar el contacto con la sosa y el amoníaco concentrado.
- Protege tu ropa con una bata para evitar que la sosa la llegue a maltratar.
- Nunca agites el envase de amoniaco y al destaparlo hazlo con mucho cuidado sin acercarlo o dirigirlo a la cara.
- Conserva las sustancias químicas perfectamente etiquetadas para identificarlas y manténgalas fuera del alcance de los niños.
- Nunca utilices envases de alimentos para almacenar sustancias peligrosas para evitar un envenenamiento.
Fuente: Revista del Consumidor